Ser anfitrión de tu Ciudad es uno de los mayores honores que tiene un Alcalde. Para ello, hay que separar sectarismo de marcas. Cuando eres representante de tu ciudad, te debes a todos tus vecinos. Córdoba es mucho más importante que las ideas políticas de cualquiera. El programa de Carlos Herrera, con más de 2 millones de oyentes, se emitió esta semana desde el Patio de los Naranjos. El Cabildo, varias empresas locales y la Universidad Loyola, patrocinaban el evento. La Alcaldesa que recibió hace meses la invitación de Carlos Herrera para asistir a su programa, contestó que no asistiría ni ella ni nadie de su equipo porque, según parece, esta cadena la había criticado. Me imagino que lo dirá por los comentarios que Herrera realizó sobre la retirada del cuadro de San Rafael del Ayuntamiento, el doble minuto de silencio por los ataques terroristas de Francia o por la gestión de la suspensión de la Cabalgata de los Reyes Magos.
Ser anfitrión
También se negó a patrocinar el programa, que lo hubiera hecho desde la Delegación de Promoción de la Ciudad, que para eso está. No obstante, el programa se grabó sin ella, sin el patrocinio del Ayuntamiento y ha sido un éxito. Que un programa como este se grabe aquí, a una semana de Mayo, es un trabajo de meses. El Cabildo acondicionó la galería del muro norte del Patio, cientos de «fósforos» cordobeses disfrutaron del «líder», que así se proclama el locutor con mucha guasa. Estaba tan a gusto el hombre, que se marcó un pasodoble que supo a flamenco y a fiesta. ¡Qué ganas transmitía escuchándolo de venir a disfrutar de nuestra cata, de los patios, de las cruces, de la feria!. No escatimó referencias para la gastronomía cordobesa, las berenjenas, el jamón de los Pedroches, el salmorejo y el fino de Montilla fueron ensalzados en el programa.
Carlos Herrera es un enamorado de Córdoba. Viene cada primavera de tapadilla a «perezosear» viendo Patios. Parece que el anfitrión de Córdoba al final va a ser él. Nos ha dado una lección acerca del arte de recibir. Ser anfitrión es trasladar Córdoba al corazón del que te escucha, y eso lo han hecho siempre divinamente los cordobeses.
